El seguro con mayor penetración entre los hogares españoles es el del
automóvil, lo cual es lógico ya que se trata de un seguro obligatorio. El 81% de
los hogares tienen este tipo de seguro, según la Memoria Social del Seguro
elaborada por Unespa.
En segundo lugar está el seguro de vivienda, con el 76% de
los hogares que lo tienen, y a continuación, el seguro de decesos, con un 52% de
hogares y se ha mantenido en ese entorno a pesar de la crisis. Este tipo de
seguro es de menor importancia en primas pero tiene una gran extensión social.
En cuanto al seguro de salud, aparece en el 29% de los hogares y sólo el 12%
tiene un seguro de responsabilidad civil, en muchos casos ligado a profesiones
liberales como abogados o médicos o a la práctica de la caza, en cuyo caso es
obligatorio.
Existe una corriente en Europa que reclama que las primas de los seguros de
salud sean iguales independientemente de la edad del asegurado. Hasta hace poco,
las compañías de seguros cobraban distinta prima a los hombres que a las
mujeres, argumentando que las segundas requerían en una etapa de su vida más
atención médica si se quedaban embarazadas. Aquello llegó al Tribunal de la
Unión Europea, que sentenció que no se podía discriminar por género y ahora las
primas son iguales. Sin embargo, la presidenta de la patronal del seguro,
Unespa, recalcó que las primas se adecuan al riesgo, a medida que se envejece
aumenta el riesgo por lo que también tienen que incrementarse las primas. "Si el
precio fuese uniforme para todos, jamás conseguiríamos que un joven se sintiera
atraído por el seguro de salud", señaló Pilar González de Frutos, "El seguro es
una actividad voluntaria y hay que ajustar el riesgo al precio, las entidades
están obligadas a obtener rentabilidad porque están gestionando el dinero de
otros". En su opinión, y la del sector, no se puede poner la misma prima a
todos. "Llevado a su extremo supondría la desaparición del seguro privado, sería
mutualizar", afirmó González de Frutos.
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